- Alexi, ¡qué obstinado eres!
- ¿Y qué pasa?
- Pues, no te oigo más que las oraciones condicionales.
- Porque es lógico
- ¿Por qué será?
- Bueno, es lógico y muy natural porque el tema fundamental de nuestra clase, de nuestra programación de hoy son las oraciones condicionales de tres tipos y, además, existen oraciones condicionales mixtas. Yo quisiera dar algunas explicaciones en español al respecto.
- Ay, Alexi, si no te opones, yo voy a dar estas explicaciones en ruso... Y ahora, si puedes háblanos de Madrid, por favor.
- Muchas gracias, Galia. Te agradezco muchísimo tus explicaciones gramaticales.
Efectivamente, vamos a hablar de Madrid y Toledo, vamos a recorrer las bellas y embrujadas calles de la capital de España y de la ex-capital de España, la ciudad de Toledo.
Pero, por favor, yo les pido, amigos televidentes, que se fijen en el empleo de las oraciones condicionales. En esta película, que vamos a ver dentro de muy pocos instantes, van a abundar las oraciones condicionales de los tres tipos y, además, las oraciones condicionales mixtas.
Si les parece conveniente podríamos utilizar este plano turístico para orientarnos con más facilidad en el centro urbano de Madrid. Si alguien desea aprovechar al máximo su corte estancia en la cautivante capital de España debería iniciar la excursión por la popularísima Plaza de la Cibeles. Nosotros también podemos iniciar nuestra excursión, nuestra caminata televisada, partiendo de esta fuente ubicada en la conjunción del Paseo del Prado y la calle de Alcalá.
A diferencia de otras grandes ciudades, Roma, París, Londres, productos de una larga evolución histórica, Madrid dio un rápido e inesperado salto en el vacío. De simple villa, una más entre las castellanas, se transformó en una enorme ciudad, populosa y empujante.
En el siglo XV (si la memoria no me falla) siendo todavía un modesto y polvoriento núcleo urbano, cuya población se acercaba a los cinco mil habitantes, tuvo Madrid su escudo heráldico, el Oso y el Madroño.
Y si realmente somos buenos y obedientes excursionistas, hemos de seguir el acostumbrado y tradicional itinerario turístico.
De la bellísima fuente de la Cibeles avanzaremos por la calle de Alcalá hacia la
Plaza de la Puerta del Sol. Si la Puerta del Sol ya no es hoy el centro urbano de la capital, sigue siendo muestra viva de la villa, sigue siendo el centro comercial capitalino. Y si la Plaza de la Puerta del Sol se llama corazón de Madrid, se debe este honoroso título a la figura escultórica del Oso y el Madroño.
El río Manzanares, modernamente canalizado, ha dejado ya de ser aprendiz de río. Es cierto que todavía no es capaz, debido a las pocas aguas que trae, atenuar el sofocante calor, que generalmente invade la ciudad en los meses de verano.
Si se hubieran fijado atentamente en la glorieta de Atocha, habrían notado, en qué forma tan extraordinaria se combinan los modernos pasos elevados con el Ministerio de Agricultura.
Son magníficos los parques de la ciudad. Y si se les ocurriera dar un sosegado paseo, respirando aire puro, les aconsejaríamos que se dirigieran al parque de Buen Retiro.
Pero, además, uno de los lugares predilectos de descanso de los madrileños es la sierra de Guadarrama.
- Y si (ya que hemos salido del casco urbano de Madrid) podríamos visitar la ciudad imperial de Toledo.
Toledo es una antigua ciudad prerrománica. Los reyes visigodos la escogieron por capital debido a sus excelentes condiciones defensivas. Los cuatro siglos escasos de dominación árabe imprimieron definitivamente su sello a Toledo, haciendo de ella la más oriental, acaso, de las ciudades españolas.
Hacia 1575 llegó a Toledo un pintor cretense Domenico Teotocópuli, llamado el Greco. Gracias a Toledo, a sus majestuosas catedrales y sus iglesias tranquilas y recogidas el artista pintó sus mejores obras.
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